Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que la gran mayoría de
iglesias locales de sana doctrina en Panamá, han predicado entre sus miembros,
la necesidad de poner en práctica un plan estratégico que proporcione los
medios y las garantías necesarias para llevar a efecto lo que todos conocemos
como la Gran Comisión no obstante y aunque algunos nos hemos visto retados y
preocupados por esa imperiosa necesidad lo cierto es que la falta de obreros
que vayan al campo misionero sigue siendo una realidad aún mayor que la
inquietud de saber que la necesidad existe.
Puede que alguno de nosotros se haya visto retado, por esta
necesidad y que sin embargo se sienta indeciso y en realidad no sabe si Dios le
está llamando o no.
Debemos entender en primer lugar, que aquellos a los que Dios
llama a realizar una labor misionera, en primer lugar, como menciona David
Sills, son personas conscientes de las necesidades de las naciones y de los
mandatos de Cristo. Solo de esa manera tendrán la preocupación y la carga que
les lleve a inclinarse ante Cristo aceptando sin titubear, su comisión.
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